La lámpara «Komorebi» de Rafa Ortega para KAIMOK es un tributo a la belleza efímera de la naturaleza, inspirada en la palabra japonesa que describe los rayos de sol filtrándose entre las hojas de los árboles. Con un diseño que evoca la serenidad de este fenómeno natural, la lámpara transforma cualquier espacio en un santuario de calma y armonía. Fabricada con paneles de ECOcero, un material reciclado con cualidades fonoabsorbentes.
No solo es una pieza estética, sino también respetuosa con el medio ambiente. Al encenderla, se despliega una sinfonía de luces y sombras que danzan en las paredes, recordando la interconexión entre el hombre y la naturaleza y la importancia de detenerse a apreciar la belleza de cada momento.